En el verano del año 2005 un grupo de mujeres de Ontinyent coincidimos estrenando nuestra maternidad con todo el que esto supone; la felicidad de tener entre nuestros brazos el bebé que tanto esperábamos y también toda una mezcla de sensaciones. Sensaciones que empezaban con la vivencia del nacimiento y continuaban con la aceptación de nuevos cambios físicos, también cambios emocionales, en la pareja y con el principal protagonismo de la lactancia materna… Cada una con su experiencia diferente de la de las demás y con dificultades también diferentes, pero con un punto en común; las ganas de superar las dificultades y disfrutar al máximo de la maternidad con todas sus vertientes; la idílica, que todos compartamos y mostramos, y también la que nos desborda, que solemos enmascarar pero que nos es común a todas. Y a partir de la aceptación de las dificultades, empezamos a juntarnos los jueves en las casas particulares de cada una de nosotras a merendar y a charlar y escucharnos.
Y nos dimos cuenta que cada semana estábamos esperando el jueves para encontrarnos y lo beneficioso que nos resultaban estos encuentros donde compartíamos aquello que nos preocupaba, qué cosas no iban bien y también los descubrimientos que íbamos haciendo. Los temas, la mayoría de las veces, iban relacionados con la lactancia materna, pero también con todas aquellas creencias y patrones relacionados con la crianza que tantas veces habíamos escuchado y que ahora sentíamos que no compartíamos. Nos encontrábamos con la oportunidad de intentar hacer las cosas de otra manera, teniendo en cuenta las necesidades del bebé y poniéndonos a su lugar, para ofrecer lo mejor de nosotros para el beneficio de nuestro hijo o hija, para criarlos desde el RESPETO y crear un VÍNCULO POSITIVO.
Y así fuimos compartiendo publicaciones de libros y artículos, charlas, talleres para madres y padres, … Encaminadas en este sentido de favorecer un vínculo positivo. Y mientras todo esto pasaba íbamos creciendo como madres y como mujeres y llegó un momento en qué pensamos al compartir nuestra experiencia y abrirla a la sociedad creando una asociación que representara a las mujeres que compartíamos el momento de la maternidad y la crianza respetuosa. Y así es como nació Lligam, para hacer más visible la importancia del parto respetado, del vínculo positivo con nuestros hijos- hijas y difundir y apoyar la lactancia materna, sin olvidar nuestro papel como mujer, aspectos que necesitan el respaldo de la sociedad y como Lligam queríamos hacer nuestra aportación.
Y poco a poco, fueron pasando los años y las preocupaciones iban cambiando a medida que iban creciendo nuestros hijos. Y nosotros con ellos. Había nuevas incorporaciones y también bajas pero fuimos haciendo camino proponiendo actividades abiertas enfocadas a la alimentación, la educación efectiva-sexual, la escolarización, la gestión de la agresividad en los pequeños y la propia, talleres de creicimiento personal … siempre buscando el desarrollo positivo teniendo en cuenta las dificultades que se nos presentan. ¡Y también un par de fiestas de la lactancia materna!
Finalmente habíamos ido dejando atrás los motivos principales del origen de Lligam y decidimos que, como creemos que nuestra asociación era necesaria para la sociedad y nosotros no estábamos dando respuesta a los fundamentos de Lligam, era momento de renovar energías y dar entrada a nueva gente que le diera un nuevo impulso a la Asociación. Y nos pusimos en contacto con el taller de lactancia del Centro de Salud de Ontinyent donde un grupo de madres super motivadas y con una energía fantástica nos ha tomado el relevo con un montón de nuevos proyectos que hacen que Lligam tenga un muy buen pronóstico para los próximos años.
Y de todo este proceso estamos muy satisfechas las veteranas de Lligam y agradecidísimas del bonito relevo que nos han ofrecido la nueva directiva y las nuevas socias.
Ahora os toca a vosotras continuar escribiendo la historia de Lligam. ¡Por muchos años!!!
Nota: Lligam es una palabra en catalán que significa vínculo